No es un tema de legitimar la pobreza y provocar parálisis social. El patrimonio hace mucho tiempo dejó de significar eso. Al contrario, puede ser un fuerte dinamizador de culturas y economías locales. Y ahí, desde mi perspectiva, está el centro de la cuestión. En Valparaíso se construyó un patrimonio de espaldas a la cultura de su gente. Como me decía hace un tiempo atrás un dirigente portuario: “El verdadero patrimonio de Valparaíso es su puerto, no los cerros arreglados para turistas y santiaguinos”.